Visitamos un espléndido invernadero en el que crecen fresias (con un aroma embriagador) y orquídeas.
Los dueños fueron exquisitos, nos describieron el proceso de cultivo de estas dos flores, completamente diferentes entre sí.
Holanda, a diferencia de otros países mediterráneos, incluida Italia, no es un país con un clima favorable para el crecimiento de flores y hortalizas. El secreto está precisamente en los invernaderos, nos asombró su nivel tecnológico, plantas (de construcción y producción pública) que distribuyen C02 de forma gratuita a los agricultores, calefacción geotérmica y, por supuesto, en la medida de lo posible, iluminación artificial.
Pero también personal joven y cualificado responsable de cadenas de suministro completas.
