¿Por qué usar ópticas asimétricas al cultivar tomates?

¿Por qué óptica asimétrica en el cultivo del tomate? Sabemos que los tomates (y con ellos muchos otros cultivos) se cultivan en hileras, equidistantes entre sí y con las disposiciones precisas para facilitar su cultivo, mantenimiento y cosecha.

En los cultivos de invierno, incluso en distintas latitudes, se suelen utilizar lámparas para estimular su maduración y sobre todo su sabor (desarrollo de carotenoides). Lámparas y con ellas ahora hablamos solo de lámparas LED, no por nuestra deformación profesional, sino por razones ahora obvias de consumo energético, deben intentar ser lo más eficientes posible.

Eficiente, en este contexto, significa dar más micromoles con menor consumo de energía.

Los tomates crecen exuberantes y ricos en sabor si reciben muchos micromoles, pero ¿estamos seguros de que los reciben? Desafortunadamente, estos a menudo no coinciden con los micromoldes de la lámpara. El uso de óptica estrecha o asimétrica permite que la lámpara concentre la mayoría de los micromoles solo en el cultivo. Si no se utilizan estas ópticas, se pierden muchos microloles, en el cielo, alrededor del invernadero, en el suelo (entre una fila y otra).

No solo las ópticas estrechas consiguen poner luz (y por tanto micromoles) en mitad de la fila (recordando las antiguas interiluminaciones) donde no llega la luz natural.

Lux LEDlighting utiliza ópticas de silicona ultratransparente en la línea STL H para canalizar y amplificar los micromoles de toda la planta, desde la cabeza hasta las hojas más profundas.