En el cultivo del tomate, pero digamos también en todos los cultivos con luz artificial, total o parcial, lo que hace crecer al tomate no son los micromoles de las lámparas sino los que recibe la planta. Si no se utilizan ópticas estrechas, la lámpara también puede dar muchos micromoles, pero se pierden muchos, muchos. ¿Dónde está? En el cielo, alrededor del invernadero, en los pasillos, en el suelo (entre una fila y otra). Y con ellos también se pierde la energía que alimenta la lámpara y no se optimiza para el crecimiento vegetativo.
Solo no se utilizan ópticas estrechas, no es posible poner luz en el medio de la fila donde no llega la luz natural. Solo no se utilizan ópticas estrechas, no es posible poner luz en el medio de la fila donde no llega la luz natural.
LuxLED en su línea STL H GROWLIGHT ha desarrollado unas ópticas especiales de silicona ultratransparente que permiten dirigir la luz únicamente sobre el cultivo.